8.8.12

Vidrieras: Un nuevo espacio escénico.

Atrás quedó el tiempo donde las vidrieras lucían orgullosas la superpoblación de productos, luchando el uno con el otro por captar la atención, generando un stress visual en el que uno prefiere seguir caminando que tratar de entender lo que se vende. Por suerte, para los vidrieristas que entendemos la profesión como el arte de comunicar un mensaje visual, las nuevas tendencias nos mantienen más que entusiasmados. Desde hace unos años, muchos artistas plásticos y hasta célebres directores de cine, han incursionado en el diseño de escaparates, concibiéndolos tal como se haría en un espacio escénico,es decir, con la misma intencionalidad dramática. Se trata de entender todos los elementos del espacio como una escena, como si estuviese "ocurriendo algo" complejizando el acto de consumo o bien, resignificándolo. Así, los maniquíes se convierten en personajes, los transeúntes en espectadores y la iluminación, antes pensada sólo para destacar las prendas, hoy se ocupa de resaltar atmósferas con una clara emocionalidad. Claramente, muchas tiendas se rehúsan a este nuevo paradigma, será sólo una cuestión de tiempo para poner manos a la obra. Allí vamos!














16.4.12

Copenhagen: la expresión del diseño escandinavo


Mucho se ha visto y aprendido del tan llamado "Diseño Escandinavo", aquel que comprende entre Dinamarca, Finlandia, Suecia, Islandia y Noruega, un riquísimo patrimonio en las disciplinas del diseño industrial y el interiorismo contemporáneo.
La capital danesa, es sin dudas, una descontracturada síntesis de los fundamentos formales escandinavos, donde la simpleza y la función operan como paradigma último sobre cada objeto y cada rincón posible.
Por las calles de la ciudad no se respira otra cosa que, resabios celtas-vikingos, sustentabilidad y culto a la función por sobre la formas. La simpleza de las casas, pintadas de naranja y ocres en sus fachadas, es un paisaje común que avasalla clases sociales o tendencias estéticas. Es un sello danés, como la calidez de su gente y la extraordinaria gastronomía.
Recuerdo los interiores donde me hospedé y compartí horas hermosas: paredes blancas, pisos de madera clara, mesas sostenidas por caballetes rudimentarios, lámparas plásticas, valijja vintage y calidez, siempre la calidez.
Para quienes amamos las cosas con espíritu simple y silencioso, viajar por los países nórdicos europeos es sin duda, un deleite visual y hasta una experiencia de vitalidad interior. La ausencia del stress visual - con el que lidiamos aquellas naciones sometidas por los cánones norteamericanos - funciona como respiro para entender que "otro" diseño, lejos del consumismo retro-alimentador de la explotación humana, es posible.












17.2.12

Amsterdam: Canales, bicicletas y encantos empedernidos.



Hay ciudades que parecen espejismos por su inverosímil belleza, por la ternura de su aparante "pequeñez", por simplemente parecer detenidas en la voracidad del tiempo. Eso y más es Amsterdam: Mezcla de maqueta imposible, suspiros medievales, callecitas solitarias y bicicletas que todo lo recorren. Casi como una burla a la sucia e impersonal posmodernidad, la ciudad insiste en mostrarse casi estoica, orgullosa de sus canales y sus casas plenas de espíritu y simpleza. Una pesadilla para quienes adoran el lujo consumista del American Way o Life; un paraíso para quienes amamos la belleza austera de las cosas antiguas que narran historias.
Amsterdam desborda de encanto en cada metro cuadrado, desde sus avenidas principales, la zona antigua de tiendas vintage en Haarlemmerstraat y de alimentos orgánicos Noordermarkt, hasta las vitrinas que exhiben bailarinas púrpuras y bares de exóticas humaredas conocidos como coffee shops.
Dueña de un diseño bohemio y retro, cada bar y tienda de la ciudad mantienen una línea donde la madera desgastada, el color y accesorios kistch, dialogan en la desfachatez de un discurso estético, regido por un buen gusto casi humorístico.
Mi paso por Amsterdam me llenó de tesoros inmateriales y eternos, como suelen ser los verdaderos tesoros que alimentan el alma.